Se acerca el final del curso
académico 2015-2016, otro año para enmarcar y otro año del que sentirnos
orgullos@s, tanto por palos tocados como por metas alcanzadas… las dificultades
no han hecho sino envalentonarnos e invitarnos a un esfuerzo mayor, superando(nos)
cada día. Bueno, más bien minuto a minuto.
Hemos adelantado un poco la fecha
de la llegada del solsticio de verano para hacer nuestro particular festejo y
homenaje a lo vivido… y a lo que está por venir.
Tras una rica comida compartida, ayer organizamos una bonita (creemos) sobremesa en la que nos soltamos la
melena, tocando y cantando para nuestr@s compañer@s de la Casa Escuela Santiago
Uno, sintiéndolo desde bien adentro.
No quedó ahí el tema porque, una vez sacada la foto para el recuerdo, ya por la noche, tras una increíble y divertida cena, en la Plaza del Mercado
Viejo de Salamanca, tras graduarnos como supervivientes (una graduación
realmente importante y poco valorada) y en sana competencia con un macro festival
de luz y de color subvencionado por una gran empresa de electricidad, desplegamos nuestros bártulos (más alguna sorpresa en forma de "mini" fuegos
artificiales) y las mejores sonrisas para enfrentarnos al público más exigente
y con mejor criterio de la ciudad…
Con los deberes bien hechos y bien retratad@s (desde aquí podéis ver el estupendo reportaje que nos han hecho en la página del fotógrafo David Ortiz), nos unimos al cortejo de una caravana multicolor de barcos de papel,
iluminados tenuemente con lámparas de vela; hasta su suelta en el azud del Río
Tormes, los acompañamos ,haciendo malabares de fuego y cantando, para dar la
bienvenida a una nueva estación siguiendo al abrigo de nuestra culta y limpia Salamanca.