Al llegar, después de un largo viaje, nos aseamos y nos
dispusimos a dormir en el gimnasio del Colegio Calasanz (gran noticia… algún día deberíamos pensar hacer la “Guía
Santiaguera de Gimnasios-Cama”… que si cuello hacia un lado que si hacia el
otro… pero esa es otra historia).
A las ocho de la mañana del sábado empezó el gran día, había
mucho que hacer y nos pusimos manos a la obra para que todo saliera bien. Pasamos
la mañana, por un lado, entretenid@s haciendo deporte con chaval@s de Taleia
(ADSIS) y, por otro, poniendo a punto el escenario, luces, equipo de sonido, materiales
para la función y sacando el vestuario… los nervios ya estaban flotando en el
ambiente pero se cocía algo bueno… y tanto, porque al ir a comer, nos
encontramos con una sensacional paella valenciana.
Damas y Caballeros, niños y niñas… nos esperaba una larga tarde con dos
actuaciones de por medio, por lo que la tensión, en definitiva, la acción, empezó
a hacerse notar. De verdad.
A las cuatro de la tarde:
- ¡Corre píntame!
- ¡¿Dónde está mi traje!?
- ¡¡Estoy nervios@!!
- ¡Vamos, vamos!
Tod@s gritando, corriendo, con la risa alterada por la
llegada inminente del momento de la actuación.
El compañerismo estuvo a tope y eso benefició un montón,
tanto para l@s maquillador@s como para l@s artistas. Con una sonrisa actuamos y
salió bien, pero a pesar de todo nos pusimos de acuerdo en superarnos en la
siguiente actuación.
Tras un pequeño descanso en el que comimos algo, nos pusimos a preparar la
segunda actuación: de nuevo a maquillarse otra vez, cambiarse de vestuario y
demás… ¡Una locura!
Llegan las siete, un poco cansad@s pero con muchas ganas y entusiasmo salimos al escenario. Esta
segunda actuación fue increíble, probablemente debido a la motivación que l@s espectador@s
nos transmitieron en todo momento.
Al terminar la actuación y salir fuera, mientras íbamos recogiendo toda nuestra
parafernalia, lo que mejor nos hizo sentir fue la cara de l@s niñ@s, la cara de
asombro y de felicidad. Preguntando cosas como :
- ¿Y tú? ¿No te has roto nunca nada?
- ¿Pero siempre vas pegado a los zancos?
- ¿Pancho Panza vive con todos esos Circotes?
La verdad sea dicha, tod@s
acabamos cansadísim@s pero no nos importó nada… Entre risas y buen
tiempo Valencia nos queda en el recuerdo por lo que vivimos allí, un viaje
increíble en el que “l@s santiaguer@s“ sentimos que debíamos darlo todo... demostramos
a la gente que somos capaces de sacar sonrisas e impresionar con nuestras habilidades.
Esperamos que estas actuaciones no sean las últimas, sino las
primeras de muchas otras por venir… mirad, mirad como lo cuentan las
fotografías…